La radiestesia, también conocida como rabdomancia, es una actividad pseudocientífica que se basa en la idea de que los estímulos eléctricos, electromagnéticos, magnetismos y radiaciones de un cuerpo emisor pueden ser percibidos y, en ocasiones, manejados por una persona a través de artefactos simples como un péndulo, varillas «L», o una horquilla.
También se pueden usar para medir el campo del aura o los chakras de las personas, según algunos creyentes.
Según la radiestesia, el cuerpo humano tiene la capacidad de percibir estímulos electromagnéticos y eléctricos. El/la radiestesista es capaz de detectar el espectro de radiación que emite una persona, además de las diversas formas de expresión energética. Este profesional normalmente emplea una serie de instrumentos amplificadores para conseguirlo (como las varillas o el péndulo).
La historia de la radiestesia se remonta a tiempos antiguos, con registros que sugieren que la búsqueda de agua subterránea se practicaba hace al menos 4,500 años.
En un mundo donde el conocimiento geológico y el instrumental científico eran limitados, la radiestesia se convirtió en una herramienta valiosa para encontrar recursos vitales como agua y minerales.
A lo largo de la historia, ha habido intentos de explicar científicamente qué es la radiestesia cómo funciona, desde la idea de que las varillas del radiestesista son físicamente afectadas por emanaciones de las sustancias de interés hasta teorías sobre la sensibilidad humana a gradientes del campo magnético terrestre.
La radiestesia se ha utilizado con diversos fines a lo largo de la historia. Desde el diagnóstico de enfermedades hasta la búsqueda de agua, minerales, recursos naturales e incluso personas desaparecidas, los radiestesistas han afirmado que sus habilidades pueden aplicarse en una amplia gama de situaciones.
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